Aquellos Maravillosos Años


Sí a la Constitución

 

El proyecto de Constitución es ratificado en referéndum por el 87,87% de los votos.

Un lluvioso 6 de diciembre de 1978 veinticinco millones de españoles estaban llamados a las urnas para ratificar con su voto el proyecto de Constitución. El 31 de octubre las Cortes Generales habían culminado el proceso parlamentario aprobando el proyecto. Ahora era el turno de la ciudadanía en referéndum.

A las 9 de la mañana se constituían las más de cuarenta mil mesas electorales en un día histórico para la incipiente democracia. Por primera vez, más de dos millones y medio de jóvenes ejercerían su derecho al voto. Ante las urnas, los ciudadanos debían responder con un sí, no o abstención a la pregunta “¿Aprueba el proyecto de Constitución?». Por delante, doce horas de goteo incesante de votos a la espera de confirmar lo que para todos era ya un horizonte próximo: España contaría, por primera vez, con una Constitución apoyada directamente por el pueblo.

Desde que el último día de octubre Congreso y Senado aprobasen por 326 y 226 votos respectivamente el proyecto de Constitución, los partidos con y representación parlamentaria habían comenzado una campaña destinada a motivar el voto de sus simpatizantes de cara a la cita del 6 de diciembre.

La abrumadora mayoría conseguida en las sedes del parlamentarismo, de hecho, jugó un papel importante en la campaña. El sólido apoyo a la Constitución hizo que muchos ciudadanos diesen ya por hecho su futura aprobación. Pese a ello, el mes de noviembre estuvo colmado de actos y mensajes para incitar a la población a votar a favor, en contra o abstenerse ante la Constitución. Partidos políticos, instituciones y otras fuerzas de la sociedad civil se movilizaron en uno de los momentos decisivos de la transición democrática.

El Gobierno, por el «Sí»

El Gobierno, encabezado por Adolfo Suárez, se implicó profundamente en la campaña por el “Sí”. Para ello desarrolló una intensa actividad propagandística durante la campaña electoral, iniciada el 7 de noviembre y que se extendería hasta el 4 de diciembre, dos días antes de la convocatoria.

Esta campaña sirvió, al igual que la de 1977, como campo de pruebas para la utilización de técnicas que se generalizarían en las siguientes elecciones. Se empezó a utilizar de manera tímida la publicidad en programas de radio y tele, las vallas publicitarias, aunque el recurso más utilizado siguió siendo la cartelería y el folleto. Las paredes de barrios y calles de todo el país se llenaron otra vez del colorido de los mensajes animando al voto en un sentido u otro.

El Gobierno insertó publicidad en medios escritos y en carteles con lemas como “Tu voto es tu fuerza”, “Contra nadie, a favor de todos” o “Un voto vale más de mil gritos”. En todos introdujeron un sello identificativo en el que se leía: «Referéndum nacional del 6 de diciembre. Día de la Constitución».Todo este material se difundió, además de en castellano, en catalán, euskera y gallego.

Junto a la publicidad tradicional, el Ejecutivo desarrolló una campaña en Televisión Española pensada para llegar a todos los hogares. Se realizaron pequeñas cuñas sobre artículos concretos del texto y spots en los que se explicaban conceptos de la Constitución, la forma de votar o, incluso, en los que directamente se instaba a hacerlo por el “Sí”. El 30 de noviembre de 1978 se emitió en Televisión Española el debate “Y yo ¿qué gano?” dirigido por Alfredo Amestoy y en el que participaron José Pedro Pérez Llorca y Antonio Jiménez Blanco, por UCD; Alfonso Guerra y Javier Solana, por el PSOE; Jordi Sole Turá, de PCE-PSUC y Manuel Fraga, de Alianza Popular. Además, se imprimieron 9 millones de ejemplares del futuro texto constitucional en castellano, euskera, catalán y gallego para que todos los ciudadanos pudiesen leer el proyecto de primera mano.

La campaña en favor de la Constitución

Al igual que el Gobierno, UCD como partido también puso en marcha una intensa campaña en favor de la aprobación. Enfocada principalmente en la figura de Adolfo Suárez, apelaron a “la Constitución de la concordia” tanto en carteles como en las intervenciones de sus representantes. En prensa también publicaron un decálogo con las razones para el “Sí” a la Constitución.

El Partido Socialista fue uno de los más implicados en la campaña, tanto con la realización de actos como en la difusión de mensajes. En sus carteles ocupaba una parte destacada el “Sí” y hacían constantemente juego con la rosa del logo del partido. También hicieron apariciones en programas de radio para defender su postura en favor de la aprobación.

En una línea similar, el Partido Comunista liderado por Santiago Carrillo, también apoyó con decisión el proyecto y realizó una intensa labor en su defensa, sobre todo en barrios populares.

Alianza Popular, a pesar de las discrepancias internas, mantuvo una postura favorable, especialmente a través de la figura de Manuel Fraga. Acordaron no hacer campaña expresa a favor del «Sí», a excepción de mítines y participación en programas de televisión de su líder.

El apoyo a la Constitución no provino sólo de las fuerzas políticas. Los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, hicieron campaña por el “Sí”, así como USO, SU y CSUT. Los primeros organizaron actos multitudinarios durante los días previos a la consulta y propugnaron abiertamente los beneficios del texto para los trabajadores. CNT, por su parte, se posicionó a favor de la abstención.

La Iglesia, a excepción de la carta enviada por el cardenal arzobispo de Toledo, Marcelo González, en la que incitaba a rechazar el texto, se posicionó también a favor de la Constitución. La Comisión Permanente del Episcopado Español, también a través de un escrito, reconocía que los valores imperantes en el texto comulgaban con la fe y la moral católica.

Dentro del movimiento feminista las posiciones fueron más diversas. Grupos como la Asociación Española de Mujeres Separadas o el Movimiento Democrático de Mujeres pidieron el “Sí”, mientras que el Frente de Liberación de la Mujer se posicionó en contra al entender que no se reconocían con suficiente fuerza los derechos de las mujeres.

Las razones del «No»

A pesar de representar una opinión muy minoraría en relación a su representación parlamentaria, la campaña por el “No” estuvo bastante presente en las calles. Abogaron por rechazar la futura Constitución Unión Nacional Española, de Fernández de Mora y Acción Democrática Española, de Silva Muñoz, y entre las fuerzas extraparlamentarias, Herri Batasuna, Unión de Pueblo Gallego, la Liga Comunista Revolucionaria o Falange Española de las JONS.

Los mensajes en busca del “No” viraban desde el rechazo a “los peligros del divorcio, el separatismo o el ateísmo” a las críticas al estado de las autonomías, en unos casos por su excesivo reconocimiento y en otros por todo lo contrario.

La defensa de la abstención recayó en el PNV, ERC y Euzkadiko Ezquerra. El partido liderado en el Congreso por Xabier Arzalluz, ya se abstuvo durante la votación del 31 de octubre fruto de los desencuentros en el debate parlamentario con el tema vasco y mantuvo su posición ante la consulta.

La Constitución, aprobada con el 87%

Finalmente, un total de 15 millones de españoles votaron “Sí” a la Constitución de 1978, alcanzando el 87,87% de los votos. En Andalucía, Cataluña y Canarias los niveles de apoyo al texto superaron el 90%. Solo un 8% de los votantes rechazaron la Constitución, mientras que la abstención se situó en un 32%.

Los 8 millones de ciudadanos que se quedaron en casa el día 6 supusieron el principal motivo de preocupación para el Gobierno, especialmente por los resultados cosechados en el País Vasco, donde el PNV había animado a no participar. En Guipúzcoa y Vizcaya se alcanzó el 56% de abstención y en Álava el 41%.

Las regiones con un nivel de abstención más alto fueron, sin embargo, Orense y Lugo. Las condiciones climatológicas y la especificidad geográfica, estuvieron, según los expertos, entre las causas de estos datos. De hecho, se considera que abstencionismo político en la consulta se situó en torno a un 8 y un 15%.

Adolfo Suarez destacó durante la jornada electoral el “esfuerzo de todos los españoles” a la vez que vislumbraba “un futuro optimista” para llevar a España, entre todas las fuerzas políticas, “a las cotas de libertad, influencia internacional y modernidad que nos separan todavía de muchos países del mundo”.

Felipe González dijo que “el que vota “Sí” está construyendo a crear una nueva España capaz de cambiar y modificarse a sí misma”, y deseó que la Constitución durase “decenios y decenios, y, si es posible, un siglo o dos”. “Hoy es un día que abre plazos para salir del estancamiento de la Transición. Mañana será todavía más importante.

Es hora de que los ciudadanos empecemos a trabajar”, reflexionaba Manuel Fraga tras votar.

Dolores Ibárruri, por su parte, sentía “una gran emoción porque se va a votar una Constitución democrática” mientras ejercía su voto “cumpliendo un deber democrático”.

Al día siguiente, con los resultados ya conocidos, los representantes políticos reflexionaban sobre los datos. El vicepresidente Abril Martorell expresó que habían estado “dentro de lo previsible” mientras que para Pérez Llorca, portavoz de UCD en el Congreso, era “satisfactorio” a la vez que apuntaba la necesidad de estudiar los cosechados en el País Vasco.

El PSOE, antes de pedir la convocatoria de elecciones municipales, resaltó en una declaración que los ciudadanos habían aprobado “por abrumadora mayoría la nueva Constitución” demostrando “su voluntad de convivencia en paz y libertad”.

Para Alfonso Guerra los resultados de la abstención no eran «ni mucho menos preocupantes”, y, al igual que Ramón Tamames, resaltó que, excepto en el País Vasco, el nivel de apoyo en el resto del territorio era alto. “Con dos tercios de votos afirmativos se garantiza un consenso popular a la Constitución”, resumió el diputado del PCE.

Los periódicos amanecieron el día 7 de diciembre, como no podía ser de otra forma, con titulares a toda página anunciando el resultado del referéndum. ABC abría con “Sí abrumador”, YA con “España dijo Sí a la Constitución” y La Vanguardia con “España ya es un estado de derecho”. Diario16 daba, por su parte, los “Buenos días” a la democracia, y El País titulaba por “La Constitución, aprobada, aunque con mayor índice de abstención de lo previsto”, acompañado por una foto del Rey Juan Carlos I votando.

El 1 de agosto de 1977, el Congreso designaba a siete diputados como miembros de la ponencia encargada de redactar un proyecto de Constitución. 16 meses después, el 6 de diciembre de 1978, los españoles validaban en las urnas el trabajo de esos siete padres y de todos los miembros de las Cortes Generales para dotar a España de una norma suprema acorde a los nuevos tiempos. Por primera vez en la historia, los españoles aprobaban en las urnas su Constitución.